Las manos solidarias de Don Ceferino, por Ignacio Mier
El 27 de mayo de 2018 el corresponsal de la BBC en Madrid, James Badcock, publicó una entrevista hecha a un español que sobrevivió a la gripe española de 1918. Se llama o se llamaba Jose Ameal (Pepe para los amigos). Cuando se le hizo la entrevista este señor contaba con 103 años y todavía tenía buena salud.
Pepe decía que planeaba vivir hasta los 110 años. "¿Para qué más?", comentaba.
Para este hombre que un día fue un niño enfermizo, los últimos 100 años habían sido una gran aventura que fácilmente podría haberse perdido.
A sus 103 años José Ameal recordaba cómo sus tíos corrían las cortinas al lado de su cama "para que no viera las procesiones funerarias".
Pero como haría cualquier niño de 4 años Pepe miraba con curiosidad las calles de Luarca, la pequeña villa pesquera de Asturias en el norte de España donde nació.
Era otoño de 1918 cuando Pepe se contagió con el virus de una enfermedad que todo el mundo acabó llamando gripe española, y que pasó a la historia como la peor pandemia del siglo XX después de dejar atrás unos 50 millones de muertos.
Ameal era, muy probablemente, el superviviente de más edad en el país que le dio nombre al virus.
Pero los expertos creen que los orígenes de esta enfermedad infecciosa están fuera de España. Descubrir dónde, exactamente, es lo que todavía genera debate.
¿De dónde llegó realmente el virus? No hay concenso.
En el pasado, algunos investigadores afirmaron que la pandemia de influenza empezó en Francia en 1916 o en China y Vietnam en 1917.
Investigaciones más recientes sugieren que el virus se originó en Estados Unidos en 1916, y que llegó a Europa cuando las tropas estadounidenses fueron a luchar en la Primera Guerra Mundial en 1917.
Los contagiados presentaban síntomas como debilidad y neumonía, problemas estomacales, dificultades para respirar, confusión y fiebre.
Donde fuera que se originó esta letal cepa del virus H1N1, la enfermedad se propagó en Europa como fuego descontrolado en medio de las condiciones antihigiénicas y de hacinamiento que había en las trincheras y en los campos de entrenamiento.
Para principios de 1918, la pandemia mundial estaba en pleno apogeo.
En Estados Unidos, los registros de la época hablan de calles vacías por el miedo a salir a la calle y cruzarse con quienes sufrían la enfermedad.
Hubo casos similares de la letal gripe en muchos otros países como México, Rusia, Irán, Nueva Zelanda, Argelia, las Islas Fiji y Gambia, por mencionar algunos, y pasó un año antes de que llegara a controlarse en 1919.
¿Por qué España se llevó la fama?
Según informa el sr. Badcock, las noticias sobre la pandemia fueron censuradas en los países que estaban en guerra para evitar desmoralizar a las tropas y evitar darle al enemigo una herramienta propagandística.
Así que fue en España, un país neutral en la Primera Guerra Mundial, emergieron con trasparencia las noticias sobre los galopantes casos de gripe, lo cual dio pie a su apodo internacional como "gripe española".
El propio Rey Alfonso XIII estuvo entre los estimados ocho millones de españoles contagiados por el virus de una población total de menos de 21 millones.
En un contexto social en el que el acceso a los cuidados médicos y medicinas era muy limitado para la población general, murieron al menos 260.000 personas.
El asturiano dice que quienes como él sobrevivieron al virus en Luarca probablemente le deban mucho a un médico llamado Don Ceferino, que visitaba a los enfermos sin cobrarles.
Ahora, más de 100 años después y en una historia parecida, sigue habiendo muchas manos generosas que al igual que Don Ceferino se entregan para ayudar a los demás, sin esperar nada a cambio más que la sanación del enfermo y su posterior sonrisa.
Ignacio Mier
THE HELPING HANDS OF DON CEFERINO
On 27 May 2018 the BBC correspondent in Madrid, James Badcock, published an interview with a Spaniard who had survived the Spanish flu of 1918. His name was José Ameal (Pepe to his friends). When the interview took place this man was 103 years old and was still in good health.
Pepe said that he planned to live to the age of 110 years. “Why more?” he stated.
For this man who was once a sickly child, the last 100 years had been a great adventure that he easily could have missed out on.
Aged 103, José Ameal remembered how his uncles pulled the curtains next to his bed “so he wouldn´t see the funeral processions”.
However, like any 4-year-old child, Pepe looked out curiously onto the streets of Luarca, the small fishing village in Asturias, northern Spain, where he was born.
It was autumn 1918 when Pepe caught the virus of an illness that everyone ended up calling the Spanish flu, and that went down in history as the worst pandemic in the 20th century, leaving 50 million fatalities in its wake.
Ameal was, very probably, the oldest survivor in the country that the virus was named after.
However, the experts believe that the origin of this infectious illness lies outside of Spain. Discovering where exactly is still a source of debate.
Where did the virus really come from? There is no consensus.
In the past, some researchers stated that the influenza pandemic began in France in 1916 or in China and Vietnam in 1917.
More recent studies suggest that the virus originated in the United States in 1916, and reached Europe when American soldiers went off to fight in the First World War in 1917.
Those infected had symptoms such as weakness and pneumonia, stomach problems, difficulty breathing, confusion and fever.
Regardless of where this lethal strain of the H1N1 virus originated, the illness spread in Europe like wildfire in the midst of the unhygienic conditions and overcrowding in the trenches and training camps.
By the start of 1918, the global pandemic was at its peak.
In the United States, records from the time recall streets emptied from a fear of going out and encountering those who suffered the illness.
There were similar cases of the deadly flu in many other countries such as Mexico, Russia, Iran, New Zealand, Algeria, the Fiji Islands and Gambia, to mention a few, and a year passed before it was brought under control in 1919.
Why did Spain become known for it?
According to Mr Badcock, news about the pandemic was censored in countries that were at war in order not to demoralise troops and provide the enemy with a propaganda tool.
Thus, in Spain, a neutral country in the First World War, news about the spiralling flu cases emerged in a transparent manner, which gave rise to the international nickname “Spanish flu”.
King Alfonso XIII himself was among the estimated eight million Spaniards infected by the virus from a total population of fewer than 21 million.
In a social context where access to medical care and medicine was very limited for the general public, at least 260,000 people died.
The Asturian said that those who, like him, survived the virus in Luarca probably owe a lot to a doctor named Don Ceferino, who visited the sick without charging them.
Now, more than 100 years later and in a similar situation, there are still many generous hands who just like Ceferino devote themselves to helping others, without expecting anything in exchange other than the recovery of the sick person and their subsequent smile.