Entre urnas e intereses, por Carlos Rodríguez Braun

Opinión, por Carlos Rodríguez Braun
Opinión, por Carlos Rodríguez Braun

Siendo tan cercanas, las jornadas electorales a las que estamos convocados los españoles en la primavera de 2019 resultan diferentes en dos sentidos. Por un lado, las próximas elecciones municipales, autonómicas y europeas, del 26 de mayo, podrán verse condicionadas por los resultados de las elecciones generales del pasado 28 de abril. Y, por otro lado, las consideraciones económicas tendrán una mayor relevancia.

Las elecciones generales, aparte de presentar un país dividido a derecha e izquierda, aportaron varias novedades: premiaron al PSOE, fortaleciendo a Pedro Sánchez, castigaron a PP y a Podemos, decepcionaron a Vox, y premiaron a Ciudadanos, facilitando a Albert Rivera su estrategia de ocupar el liderazgo del centro derecha en España.

Carlos Rodríguez Braun

Es posible que los votantes tengan esto en cuenta el 28 de abril, y es seguro que los políticos lo tendrán muy en cuenta, empezando por el propio Sánchez, que lógicamente aspira a gobernar en solitario, y no tener que padecer todos los costes políticos que comportarán sus concesiones tanto a los independentistas como a la ultraizquierda de Pablo Iglesias. Pero en todos los partidos las próximas elecciones serán ponderadas en clave política nacional, y como argumento para las estrategias de cada formación, incluyendo el cuestionamiento de sus principales dirigentes.

Opinión, por Carlos Rodríguez Braun Opinión, por Carlos Rodríguez Braun

Sabido es que los electores votan con un criterio más práctico cuando la votación atañe a sus intereses más cercanos. De ahí que la economía sea un punto al que prestarán especial atención el 26 de mayo. Será también revelador el resultado de Podemos, precisamente porque el tiempo transcurrido ya permite a los ciudadanos evaluar la gestión de los llamados “alcaldes del cambio”. No cabe tampoco olvidar la cuestión de los impuestos, porque todo indica que los contribuyentes deberemos prepararnos para nuevos golpes de Hacienda, lo que probablemente aumente nuestra sensibilidad con respecto a los impuestos municipales y autonómicos.

En cuanto a Europa, se repite estos días el habitual lamento de que debería importar a los ciudadanos más de lo que en realidad lo hace —pero otro tanto cabría decir de los partidos políticos.

Y así, entre urnas e intereses, va pasando esta primavera electoral, que nos dejará otra vez en el verano, cuando podremos descansar. También de las elecciones.


Between ballot boxes and interests

Carlos Rodríguez Braun

Now that they are so close, the elections of spring 2019 that Spaniards will participate in are different in two regards. On one hand, the next municipal, regional and European elections, on 26 May, could be affected by the results of the general elections of 28 April. And, on the other hand, economic considerations will be of greater importance.

The general elections, apart from presenting a country divided between right and left, offered several novelties: they rewarded the PSOE, strengthening Pedro Sánchez, they punished the PP and Podemos, they disappointed Vox, and they rewarded Ciudadanos, making it easier for Albert Rivera to fulfil his strategy of occupying the leadership of the centre right in Spain.

It is possible that voters will take this into account on 28 April, and it is certain that the politicians will really take it into account, beginning with Sánchez, who logically aspires to govern alone, and not have to suffer all the political costs entailed by his concessions to the independence parties and the radical left of Pablo Iglesias. But in all the parties, the upcoming elections will be viewed in terms of national politics, and as an argument for the strategies of each party, including the questioning of its main leaders.

It is well-known that voters vote with more practical criteria when the vote concerns their closest interests. Hence why the economy is a point that they will pay special attention to on 26 May. The result of Podemos will also be revealing, precisely because the time elapsed enables citizens to evaluate the management of the so-called “mayors of change”. Nor should we forget the issue of taxes, because everything indicates that tax payers will have to prepare for new blows from the Tax Authority, which will probably increase our sensitivity in relation to municipal and regional taxes.

With regard to Europe, at present there is the regular complaint that it should matter more to citizens than what it does in reality, but this could also be said of the political parties.

And thus, this electoral spring will take place between ballot boxes and interests, and leave us once again in summer, when we will be able to rest. And also from the elections.