Torreguadiaro, en defensa de su patrimonio histórico
Descontento y denuncia. La plataforma vecinal de la Calle de la Iglesia se convierte en la generadora e impulsora de un movimiento de protesta ante el inicio de la obras para reforma y rehabilitación que el Ayuntamiento de San Roque está llevando a cabo en la “Torre Nueva” de Torreguadiaro. Tras acometer un plan de actuación y conservación en la Torre Quebrada (la que está situada junto a los aparcamientos de la playa de Torreguadiaro), una actuación no exenta de polémica y críticas tras su cuestionable resultado estético final; los problemas llegan ahora con la otra torre vigía.
Los vecinos protestan por la actuación que se está llevando a cabo por parte del Consistorio y cuya ejecución, según explican los vecinos, “se basa en enfoscar y cubrir las paredes cemento en lugar de realizar una cuidada labor de conservación y mantenimiento que respete su imagen actual, histórica y clásica”. Según la propia entidad vecinal, que congregó a varios representantes del colectivo e incluso convocó a los partidos de la oposición (el portavoz del PIVG, Jesús Mayoral se presentó frente a la torre), llevan años “luchando por rehabilitar de manera oportuna la torre y poder dotarla así como un espacio abierto destinado a un museo o sala de exposiciones permanente”.
“Con esto, lo que están consiguiendo es acabar con el único patrimonio de Torreguadiaro y convertirlo, estéticamente, en una especie de depósito de agua. Todo eso sin mencionar que se trata de un BIC [Bien de Interés Cultural], por lo que llevaremos nuestras protestas a la Junta de Andalucía y dónde haga falta llegar ”, añadieron.
El Periódico de Sotograde se puso en contacto con el propio Ayuntamiento, concretamente, con Óscar Ledesma, edil delegado de la zona del Valle del Guadiaro, para conocer más detalles del conflicto. El concejal asegura que la obra y reforma cuenta con todos los permisos pertinentes, incluidos los del Ministerio de Cultura y su regulada aprobación del proyecto. “La rehabilitación era esencial desde hace años ya que el viento y el salitre estaban provocando la erosión y destrucción de la propia torre, con el peligro añadido del desprendimiento de grandes piedras desde la parte alta su estructura”, explica. “Fueron los propios vecinos los primeros en denunciar esta situación ya que ponía en serio peligro su tránsito y la seguridad de las viviendas colindantes”, añade.
“Este proyecto estaba previsto desde hacía bastante tiempo pero precisamente, el contar con la aprobación de todos los estamentos y permisos necesarios, la ha demorado en el tiempo”, subraya el representante del gobierno local que apunta a que la ejecución de la rehabilitación era única salida viable en este momento.