Mercadillos navideños

La Revista de Sotogrande celebra la Navidad recorriendo los cinco mercados navideños más famosos de Europa. ¡Toma nota!

Bruselas

Durante todo diciembre, la capital belga celebra su célebre mercadillo navideño y una serie de festejos en torno a él, bajo el título genérico de “Placeres del invierno”. Es, sin duda, uno de los más célebres y coloristas y ha sido reconocido en varias ocasiones como uno de los más originales de Europa. En el centro de la ciudad, en torno a la Grand Place, la vecina plaza de Sainte Catherine y las calles próximas, se reúnen unos 240 puestos en forma de cabañas, que, además de los artículos típicos de estas fiestas, venden artesanía, artículos internacionales y una amplia muestra de propuestas gastronómicas

Budapest

Budapest en Navidad es insuperable. Entre los cientos de guiños de esta joya europea a las navidades, destaca su mercadillo; uno de los mejores del viejo continente. Situado en el corazón de Pest, este espacio aguarda al viajero con todo tipo de puestos artesanos, aromas caseros y los mejores vinos y cercezas locales. Todo ello, aderezado de una buena dosis de arte callejero y atracciones para los más pequeños.

Alemania

Se podría decir que Alemania es la 'reina' de los mercadillos navideños. Una tradición que le viene de antaño y sitúa a este país en el más veterano de Europa en lo que a mercadillos se refiere. Aunque hay cientos por todo el país, uno de los más coloridos y famosos es el de Nuremberg.

Este mercadillo, cuyos orígenes se remontan a 1628, está compuesto por inagotables hileras de puestos artesanos que confieren al lugar un aspecto mágico, casi de cuento. A pesar del frío, nadie quiere perderse esta cita anual, por lo que el buen ambiente es otra de sus notas más destacadas. Aunque, sin duda, la más especial es el aroma a Stollen (pan dulce frutado), Bratwurst (salchichas) y Lebkuchen (pan de jengibre) que inunda todo el lugar.

Praga

Hasta el 1 de enero Praga se viste de Navidad y, entre sus muchos atractivos relacionados con estas fiestas, destacan sus mercadillos de la Plaza de la Ciudad Vieja y de la Plaza Wenceslao. Es muy recomendable pasear por sus puestos en busca de algún regalo especial. Marionetas de madera, adornos de paja, figuritas de cristal..., las opciones son tan variadas como mágicas. Y, para reponer fuerzas, el mercadillo suma a sus propuestas todo tipo de recetas de la zona preparadas artesanalmente y con las que, seguro, te chuparás los dedos.

Viena

Si uno va a Viena por Navidad deberá hacerse con un adorno navideño artesano para su árbol. Y, ningún lugar mejor para hacerlo, que en su tradicional mercado navideño; frente al Ayuntamiento. Allí, presidido por un gran árbol de Navidad traído cada año de un lugar diferente del país, se alza 'Christkindlmarkt ( “Niño Jesús”). Cerca de doscientos puestos entre los que perderse para encontrar la esencia de esta fecha del calendario.