Mediación: claves para convertir reproches en peticiones
Traducir reproches en peticiones es algo que, a menudo, hace el mediador durante las sesiones para facilitar el diálogo entre las personas en conflicto. Nada aporta el reproche si lo que se busca es que las partes enfrentadas se comprendan mejor, acerquen posturas, dialoguen y lleguen a acuerdos.
Aunque al reprochar pretendamos crear impacto sobre el otro para generar cambio, la realidad es que el efecto suele ser el contrario: cuanto más nos quejamos y criticamos a alguien, menos probable es que quiera hacernos caso. Reprochar distancia a las personas y bloquea la comunicación. Caer en el reproche durante una discusión que nos afecta emocionalmente es relativamente frecuente, este reproche puede ser más o menos sutil, pero, en definitiva, es una queja agresiva, una descalificación. En sus formas extremas puede ridiculizar, insultar o amenazar a la otra persona, haciéndola sentir indefensa, triste, culpable, poco valiosa o insegura. Puntualmente puede ser comprensible, pero cuando los reproches se convierten en algo habitual y constante, por pequeños que sean, es momento de revisar si el propósito de nuestras palabras es ayudar, desahogarnos o hacer daño y preguntarnos si podemos aprender a comunicarnos mejor. No es lo mismo decir: “Siempre estas ocupado, parece que cada día te importo menos” que “Siento que últimamente no pasamos tiempo juntos, te echo de menos, ¿crees que podríamos hacer algo juntos esta semana?”. Eso es transformar un reproche en una petición.
Aunque las emociones te ahoguen puedes considerar al otro como apoyo en lugar de como desahogo. Incluso si son aspectos del otro lo que te causa frustración puedes decirle en tono tranquilo y amable como te sientes, qué te ha molestado y qué te gustaría que pasase en el futuro. Promoviendo la reflexión y la comprensión de nuevas ideas desde el interior será mucho más fácil mantener una comunicación constructiva. Aquí van algunas claves para hacer esto:
- Los sentimientos son tuyos independientemente de quien te los produzca. No culpes al otro por lo que tu estas sintiendo y asume tus emociones como propias. Cambia el “Me pones de los nervios” por el “Cuando haces eso suelo ponerme nervios@”.
- Céntrate en el presente o el futuro en lugar de en el pasado, pues actuar sobre el ahora abre posibilidades. Mejor decir: “Me gustaría que lo hicieras” en lugar de “Nunca me haces caso”.
- Evita generalizar. Céntrate en las acciones concretas en lugar de en la forma de ser del otro. Prueba con un: “Hoy estas algo enfadad@ ¿te ocurre algo?”, en vez de con un “eres un@ borde, siempre estas de morros”.
- Utiliza el por favor, gracias y lo siento sin ironías. Las palabras y el tono adecuado evitan muchas discusiones.
Es más sencillo el diálogo y el cambio desde la cercanía y el apoyo que desde la distancia y el dolor. Pese a que a veces dos personas no puedan estar de acuerdo, siempre es más reconfortante convertir al otro en tu aliado en lugar de en tu enemigo.
Catalina Bernaldo de Quirós.
Mediadora y Pedagoga
Directora del Gabinete de Mediación “Co-Mediacion”
Más info en: www.co-mediacion.com
Keys to transform reproaches into requests
Turning reproaches into requests is something that, often, the mediator does during sessions to facilitate dialogue between people in a conflict. Reproaches contribute nothing is the aim is for the parties in conflict to understand one another better, grow closer, have a dialogue and reach agreement.
Although by having reproaches the aim is to have an impact on the other in order to generate change, the reality is that the effect is normally the contrary; the more we complain and criticise someone, the less likely it is that they will pay attention. Having reproaches distances people and blocks communication. Having reproaches during an argument that affects us emotionally is relatively frequent, this reproach can be more or less useful, but ultimately, it is an aggressive complaint, disparaging. In its extreme forms it can bring ridicule, insult or threaten the other person, making them feel defenceless, sad, guilty, of little value or insecure. Occasionally, it can be understandable, but when the reproaches become some common and constant, no matter how small they are, it is time to check if the aim of our words is to help, let off steam or do damage and ask ourselves if we can learn to communicate better. It isn´t the same to say: “You are always busy, I seem to matter less to you each day” as saying “I am sorry that we haven´t spent time together lately, I miss you, do you think we could do something together this week?”. That means transforming a reproach into a request.
Although emotions are overwhelming, you can consider the other as a support instead of an outlet. Even if there are aspects in the other that cause frustration, you can tell them calmly and friendly how you feel, what annoyed you and what you would like to happen in the future. By promoting reflection and the understanding of new ideas from within it will be easier to maintain constructive communication. Here are some keys to doing this:
- Feelings are yours regardless of who causes them. Don´t blame the other for what you are feeling and assume your emotions as your own. Change the “you are getting on my nerves to “I get agitated when you do that”.
- Focus on the present or future instead of on the past, as acting on the now opens up possibilities. It is better to say: “I would like you to do it” instead of “You never pay attention to me”.
- Avoid generalising. Focus on specific actions instead of the way that the other acts. Try a: “You are a little angry today, is something wrong?”, instead of “you are rude, you always have a lot of nerve”.
- Use please, thanks and sorry sincerely.Words and the right tone avoid a lot of arguments.
Dialogue and change is easier through closeness and support than through distance and pain. Despite the fact that sometimes two people cannot agree, it is always more comforting to turn the other into your ally instead of your enemy.