Ballenatos a las urnas

Madrid

Carlos Rodríguez Braun

Los naturales o habitantes de Sotogrande podrían quizá ser llamados ballenatos. Después de todo, cabe avistar ocasionalmente dichos cetáceos en las inmediaciones del estrecho. En cambio, reciben el nombre de ballenatos los naturales de Madrid, un lugar en donde, como canta Joaquín Sabina, “el mar no se puede concebir”.

Sea como fuere, los ballenatos han sido súbitamente convocados a las urnas el próximo 4 de mayo. Si las elecciones en Madrid tienden a ser interpretadas en clave nacional, con más razón en las de 2021, dadas las peculiares circunstancias que las han rodeado, desde su precipitada convocatoria hasta la sacudida que en el mundo de la izquierda provocó la renuncia del vicepresidente, Pablo Iglesias, y su decisión de participar en la contienda democrática madrileña.

Se avecina un tiempo de prueba, no solo para Unidas Podemos, últimamente de capa caída, sino para el resto de la izquierda, desde los populistas de Íñigo Errejón hasta el PSOE. Toda la izquierda, en efecto, anhela recuperar en Madrid el peso que hasta ahora los votantes le han negado.

En el lado del centro y la derecha, Ciudadanos deberá intentar no desaparecer, Vox procurará consolidar su presencia en Madrid, y el PP de Pablo Casado tratará de superar el fiasco de las elecciones catalanas.

Todos los ojos estarán puestos en Isabel Díaz Ayuso, joven política con ideas claras y pocos complejos, a la que los ataques de sus adversarios han convertido poco menos que en una heroína. Su olfato le ha hecho apostar por una estrategia de componentes liberales, empezando por los menores impuestos. Ello ha suscitado la inquina en los demás partidos, con lo que no cabe descartar que se trate de una bandera popular a la hora de votar, y que favorezca a la presidenta madrileña sobre sus rivales.

Como informó hace unos meses nuestro periódico, hemos podido ver ballenas en Sotogrande, animadas por la relativa ausencia de seres humanos en el mar, debida a la pandemia. No sabemos qué harán los ballenatos el 4 de mayo, pero no me extrañaría que se aproximaran a las orillas electorales en un número bastante abundante.

Madrid

Whale calves to the ballot boxes

Carlos Rodríguez Braun

The locals or inhabitants of Sotogrande could perhaps be called whale calves. After all, you can occasionally watch those cetaceans in the vicinity of the Strait. On the other hand, the locals of Madrid are called whale calves, a place where, as Joaquín Sabina sings, “the sea cannot be imagined”.

Whatever the case, the whale calves have been suddenly summoned to the ballot boxes on 4 May. Elections in Madrid tend to be interpreted on a national level, and more so with those of 2021, given the peculiar circumstances surrounding them, from the sudden announcement to the shock in the world of the left caused by the resignation of the vice-president, Pablo Iglesias, and his decision to participate in the Madrid democratic contest.

A testing period is approaching, not only for Unidas Podemos, in a bad way lately, but also for the rest of the left, from the populists of Iñigo Errejón to the PSOE. The entire left, in fact, wishes to recover in Madrid the influence that voters have thus far denied them.

In the centre-right. Ciudadanos must try not to disappear, Vox will attempt to consolidate its presence in Madrid, and the PP of Pablo Casado will try to overcome the fiasco of the Catalan elections.

All eyes will be on Isabel Díaz Ayuso, a young politician with clear ideas and few complexes, who has been turned into nothing short of a heroine by the attacks of her adversaries. Her instinct has led her to commit to a strategy of liberal components, beginning with lower taxes. That has caused aversion among the other parties, therefore it cannot be ruled out that it will be a popular flag when it comes to voting, and that it will encourage the Madrid president over her rivals.

As our newspaper reported some months ago, we have seen whales in Sotogrande, livened up by the relative absence of human beings in the sea, due to the pandemic. We don´t know what the whale calves will do on 4 May, but I wouldn´t be surprised if they come to the electoral shores in quite an abundant number.