Tradición y artesanía, otra forma de vivir la Navidad en Sotogrande
La Navidad se vive de muchos estilos diferentes y en concreto, cada familia, tiene una manera, cultura y costumbres propias que hacen que disfruten de esta bella época del calendario a su modo y manera. En Sotogrande, desde hace más de 50 años, hay una entrañable familia que lo hace preparando el que buen seguro es el Belén más longevo y con más historia de la urbanización. Una maravilla que reúne figuras y ambientes recopilados a lo largo de décadas y procedentes de todas las partes del mundo.
Una tradición que sigue viva por la pasión con la que el resto de esta familia vive la fiesta y que como demanda su idiosincrasia, cobra sentido al compartirlo con vecinos y amigos de la manera más natural, abriendo su casa a quién quiera disfrutar de medio siglo de ritual navideño.
Pastos, lagos, caminos, calzadas romanas, mercado, agricultores, artesanos, tahúres, nómadas y hasta un sargento de la benemérita, acompañan a la Sagrada Familia en un nacimiento de cinco pisos de altura y con cientos de figuras y detalles que dan forma a uno de los paisajes más clásicos del Sotogrande navideño y que esperemos nunca falte con la llegada de cada mes de diciembre.
Este rinconcito, ubicado en un precioso porche del número 14 de la calle Isabel la Católica, se convierte cada invierno en la Judea de los tiempos de Herodes el Grande; con una representación digna de admiración y con mucho para disfrutar. Sus autores, un año más, abren las puertas de su casa a aquellas personas que quieran acudir a visitarlo (preferiblemente en horario de 11:00 a 13:00 horas], del que es uno de los grandes tesoros de su hogar y el mejor de los legados que dejan a su familia.
Todo un lujo y una maravilla. Una tradición que se remonta desde los inicios de la urbanización y que a día de hoy se mantiene viva, no sin falta de esfuerzos. Algo a cuidar y a no perderse.