Nuevas formas de disfrutar del tinto: ¡con el postre!

¿Quién dijo que el vino tinto sólo podía acompañar a comidas contundentes como la carne o los guisos? Combinar un buen tinto con un postre puede convertirse en el mejor colofón de una gran comida. Sólo habrá que buscar el maridaje perfecto para poder disfrutar de grandes baños de sabores. La Revista de Sotogrande propone a sus lectores dejarse llevar por las nuevas tendencias y regar una suculenta tarta de queso con frutos del bosque con uno de los vinos nuevos de Marqués de Riscal, el Finca Torrea. ¿se atreven?


marques de riscal En muchas ocasiones se habrán preguntado porqué hay que cambiar de copa cuando se pasa a los postres. Si se está tomando un vino que gusta, ¿por qué no seguir con él? ¿No existe una carta de vinos para acompañar al último plato de la comida?

 Tradicionalmente, no era común seguir tomando vino una vez llegados los postres. En muchos casos, incluso, podía llegar a estar mal visto. Las nuevas tendencias en repostería han dado un vuelco a este concepto, situando a los vinos en un lugar de honor dentro del mundo de los dulces sabores.

 Un buen caldo puede llegar a ser el mejor complemento para ciertas propuestas de repostería.  Es el caso de la tarta de queso con frutos del bosque que, acompañado de un tinto de categoría se convertirá en una experiencia sensorial. Y es que la mezcla del vino con estos ingredientes potenciará los sabores a frutas rojas y especias  y, si el tinto tiene madera, aportará un especial toque a vainilla, café y tabaco que resultará extraordinario.

 La elección ideal para este postre podría ser, sin duda, un Finca Torrea 2006, uno de los nuevos vinos tintos de Marqués de Riscal que, por sus características, convertirán el postre en un banquete de sensaciones.

 Finca Torrea es una sorpresa para aquellos que piensan que la centenaria bodega de D.O. Ca Rioja sólo sabe hacer vinos de corte clásico. En este caso, se encontrarán con un vino de estilo muy diferente al que Marqués de Riscal les tiene acostumbrados. Elaborado con uvas tempranillo y mazuelo, cuenta con un perfil mucho más moderno, un carácter más afrutado y menos balsámico, que entonará a la perfección con los ingredientes que conforman la tarta de queso. Eso sí, al beberlo, los amantes de la casa podrán comprobar que Finca Torrea 2006 mantiene la esencia de la bodega, aportando frescura, elegancia y el típico sabor afrutado que hace que sea muy fácil beberlo y que también casará de lujo con el plato propuesto.

Para conseguir este vino tan especial, Marqués de Riscal realiza un esmerado proceso de elaboración con vendimia realizada a mano y en cajas de pequeña capacidad, pasando a posteriori por mesas de selección manual de uvas. Tras pasar por los procesos de fermentación, el vino pasa a barricas de roble francés Allier durante 18 meses, una madera que Marqués de Riscal no había utilizado hasta ahora.

 Se trata, por lo tanto, de un vino novedoso, pero con la esencia de Marqués de Riscal, idóneo para brindar mientras se saborea un delicioso postre. Una tendencia novedosa y, para muchos, arriesgada, que sorprenderá gratamente a aquellos que se decidan a probarla.