La importancia de catar vino

Sabían que catar o probar vinos es algo imprescindible para aquellos que trabajan en la hostelería y para aquellos que están relacionados con el mundo del vino. Es importante porque para poder vender un vino deben saber cómo sabe ese vino y con qué comida se puede maridar mejor.

El mundo del vino es un mundo en si, como en cualquier otro sector. Hay que estar al día tanto de las diferentes uvas, como de las tendencias y de las técnicas que se utilizan en la viticultura para producir buenos vinos. El medio ambiente es cada vez más importante. Se intenta producir vinos de una forma orgánica y siempre respetando y favoreciendo al medio ambiente. Una misma uva que crece en dos lugares diferentes produce un vino diferente. Por ejemplo la uva Chardonnay, una de las uvas blancas más conocidas a nivel mundial, si crece en la Borgoña, en Francia, va a dar un resultado mucho más mineral y una acidez mucho más pronunciada que una Chardonnay que crece en la provincia de Cádiz que será mucho más afrutada debido a un clima más cálido. Lo que influye mucho en un vino es el terroir o terruño y para los que no entiendan este término es la combinación del suelo, del clima y el entorno en todos sus sentidos. Esta combinación de elementos, diría yo es lo más importante para elaborar un buen vino. La calidad del vino depende del terroir. El enólogo/a que lo elabora también tiene su mérito e influye en el resultado del vino, pero un buen vino nace en el viñedo. Sin un buen terroir no se pueden elaborar buenos vinos por lo general. Es la madre naturaleza que nos dicta si el vino va a ser bueno o no y el humano influye en algo pero la madre naturaleza es quien manda y tiene la última palabra. Por supuesto que los humanos debemos entender del tema para sacarle máximo partido a las uvas y a todos procesos desde el cultivo, la recolecta, la fermentación, el embotellado, la correcta conservación del vino y el consumirlo de la forma más adecuada, a la temperatura adecuada.

Cosas que analizamos en un vino para evaluarlo es el color (cata visual, usamos los ojos), el olor en nariz (cata olfativa, usamos la nariz), y el gusto (cata gustativa, probamos el vino con nuestras papilas). Dentro de cada fase de la cata hay muchas subcategorías. Empezando por la cata visual donde servimos un dedo de vino en la copa y la inclinamos sobre un papel blanco para analizar la claridad, la intensidad y el color del vino. En la cata olfativa le damos varias vueltas ligeras al vino para que salgan los aromas y se analiza la condición, la intensidad y los aromas que nos da el vino (p.e. a frutas, flores, especies, vegetales, madera de roble, etc). Esto también se le llama el bouquet (palabra francesa) que viene siendo el aroma del vino. La última fase es la cata gustativa que es el momento en el que probamos el vino y lo dejamos unos segundos en la boca y removemos el vino para catar todas las características del mismo. En esta fase se analiza el dulzor (seco, medio-seco, medio y dulce), la acidez, los taninos, el cuerpo, los sabores (p.e. a frutas, flores, especies, vegetales, madera de roble, etc) y el final en boca, también llamado el retrogusto (p.e. corto, medio y largo). Una vez realizado estas tres fases llegamos al momento donde hemos formado una opinión y conclusión sobre el vino (p.e. defectuoso, pobre, aceptable, bueno, muy bueno o excepcional).

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Autor: Rocio Corrales

*Rocio Corrales ha trabajado en el sector de vinos y bebidas desde 2005 a nivel internacional, y actualmente es Directora de Marketing y Ventas del grupo Anglo Hispano en Gibraltar, y de Vinopolis.