Grace Kelly, lujo y glamour en los años 70
Si existe una persona sinónimo de elegancia y estilo, es sin duda la actriz y princesa Grace Kelly. Sus definidos gustos le llevaron a ser una gran admiradora del diseño refinado y los mejores coches.
La actriz estadounidense y princesa consorte de Mónaco, Grace Kelly, sigue siendo una de las mujeres más admiradas en todo el mundo por su estilo y elegancia atemporal. El aura que transmitía no dejaba indiferencia ante diseñadores y grandes firmas de moda, como Gucci o Hermès. Cuando la musa de Hitchcock asistía a una alfombra roja, era la estrella más fotografiada y admirada por la prensa.
Grace Kelly hizo del Principado de Mónaco un sinónimo de glamour. Desde su muerte hace casi cuatro décadas, los medios buscan hoy en día, a la heredera de la elegancia de la exactriz y princesa entre las familias reales europeas. Y como todas las celebrities, tenía unos gustos muy definidos, por eso no era raro que eligiese coches de la más alta gama, entre ellos, ahora recordamos el: Jaguar E-Type o el Jaguar MK2, como sus coches predilectos a la hora de tener que desplazarse. Dos clásicos deseados por los más exigentes y con un gran poder de seducción que evocan al lujo y a la época dorada de Hollywood.
Su pasión por estos modelos no es de extrañar al ser el Principado de Mónaco conocido por su gran afición por el automóvil. Su Rally de Montecarlo o el Gran Premio son muestras evidentes de ello. A esta sensibilidad por el motor tampoco era ajeno su marido Rainiero de Mónaco, el cual tenía una gran afición por este mundo, que le llevaba incluso a participar en algunas competiciones o a tener una colección de clásicos que empieza a reunir desde finales de los años cincuenta.
Pero si había dos coches que a Grace Kelly le gustaban especialmente, eran estos. El Jaguar E-Type es un modelo clásico de la firma británica, que al igual que la princesa, acaparó todas las miradas entre 1961 y 1975. Descrito como "El coche más bello jamás fabricado" por Enzo Ferrari, el Jaguar E-Type personificaba la elegancia y la emoción de los años 60 y se convirtió en el coche elegido por la jet-set internacional, los súper modelos y las estrellas de rock por igual.
En 1996, el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) adquirió uno de ellos como parte de su colección permanente gracias a sus destacadas prestaciones y a su diseño nunca visto hasta entonces. Junto a este modelo, el Jaguar MK2 también se convirtió en el coche de referencia de la princesa para sus exclusivos viajes, la asistencia a actos oficiales y acudir al Gran Premio de Mónaco.
Estos dos iconos, como Grace Kelly, siguen siendo admirados seis décadas después tanto por su belleza como por su estilo atemporal.