Cruzar el Atlántico en busca de nieve

Ahora que ha llegado el invierno, los amantes de los deportes de nieve se preparan para una temporada de vértigo. La Revista de Sotogrande explora el mapa de las estaciones de montaña para mostrar a sus lectores más viajeros dos de los mejores destinos del mundo para disfrutar de una escapada blanca transoceánica.


Andalucía alberga una de las mejores estaciones del mundo, Sierra Nevada. Dándole el lugar que se merece, nos permitimos alejarnos del Veleta para buscar entre las montañas del continente americano dos destinos de lujo donde disfrutar del frío, la nieve y la subida de adrenalina.

Aspen, Colorado

En el centro oeste del estadounidense Colorado se encuentra uno de los destinos favoritos de los que saben de nieve: Aspen.

A miles de kilómetros del mar, rodeadas de grandes desiertos y próximas a las regiones polares, el clima seco y frío hace que estas montañas ofrezcan cada año las mejores nieves del mundo para practicar deporte. Una perfección nívea que ha convertido a Aspen en el escenario predilecto para la práctica del esquí o el snowboard desde hace décadas.

Aspen es un gran complejo de nieve que, desde que en 1950 albergara los Campeonatos Mundiales de Esquí Alpino, se ha convertido en uno de los lugares con más atractivos para un viaje de montaña. La zona ofrece cuatro estaciones ( Aspen, Aspen Highlands, Buttermilk y Snowmass ) con infinitas posibilidades, pendientes ilimitadas y pistas para todos los gustos y edades.

Famoso por ser el punto de encuentro de la clase alta estadounidense, cada invierno llegan a este destino miles de turistas de todos los rincones del pleneta para hacer snowboar, esquiar, pasear en motonieve y, en resumen, disfrutar al máximo de algunas de las mejores pistas del mundo, en las que esquiar a casi 4.000 metros de altura.

De entre su variado abanico de propuestas, es famosa internacionalmente su escuela de esquí, donde instructores multilingües de cuatro continentes forman cada temporada a un gran número de niños en los deportes de montaña.

A su oferta a pie de pista, hay que sumar la belleza de su ciudad, donde el estilo victoriano se entremezcla con las cabañas de madera para fundirse con las calles, llenas de tiendas y alternativas para divertirse después de la nieve y sacar el mayor partido a uno de los rincones más exclusivos del planeta.


Whistler Blackcomb

Foto: Paul Morrison

La caída vertical más grande del norte de América se encuentra en Whistler-Blackcomb, Canadá. Dos impresionantes montañas que, juntas, conforman el paraíso de los snowboarders y uno de los destinos más buscados entre los esquiadores de todo el planeta.

Situada a un par de horas de Vancouver, Whistler-Blackcomb es una gigantesca estación que conecta las montañas de Whistler y Blackcomb ofreciendo al visitante un gran resort en el que la nieve es la gran protagonista.

Zonas para principiantes en las partes más bajas, pistas rápidas entre el bosque o terreno sin pisar exclusivos para expertos son, solo, algunas de las maravillas que encierra un complejo que cuentan con más de 200 pistas, 3 pipes y 5 parques de snowboarding.

El Aprés-Ski juega un papel muy destacado en Whistler Blackcomb. La estación cuenta con varios pueblos en los que disfrutar de todo tipo de bares, discotecas, tiendas y otros locales en los que divertirse hasta altas horas de la madrugada.

Entre las diversas opciones que convierten a estas montañas en un lugar exclusivo, destaca el el llamado Fresh Tracks. Un servicio que permite a quien lo contrate subir a las pistas antes de que estén abiertas para poder disfrutar del deporte sin nadie alrededor, abriendo trazas de nieve en uno de los parajes más fascinantes de América, Canadá y el planeta.