Robert De Niro se rinde a la cocina española
El actor se entrega con entusiasmo al “menú impagable” de Madrid Fusión Alimentos de España y cautiva a los cinco grandes chefs con su interés por la gastronomía y su cercanía.
De Niro disfruta durante más de tres horas con el menú preparado exclusivamente para él en la suite real del Mandarin Oriental Ritz, Madrid.
Robert De Niro cumplió. Dijo sí en mayo pasado y acudió a degustar el menú impagable que le ofreció Madrid Fusión Alimentos de España a cambio de participar en la promoción del congreso de gastronomía más importante del mundo. Los cómplices de aquella propuesta, Quique Dacosta, Mauro Colagreco, José Andrés, Joan Roca y Martín Berasategui, han sido los encargados de ofrecerle una comida irrepetible que nunca olvidará.
Durante más de tres horas disfrutó de ese menú único en la suite real del Mandarin Oriental Ritz, Madrid, junto a su actual pareja, Tiffany Chen. Cortó jamón, pidió mojar pan en el plato de kokotxas que preparó Martín Berasategui y se comió con ganas las angulas de Ribadesella que José Andrés había conseguido gracias a La Huertona. Iba predispuesto a pasarlo bien. Nada más entrar en el salón, antes de sentarse, comentó en broma: “Pónganme todo lo que sobre para llevar”. Luego, durante la comida, se levantó varias veces a fotografiar el emplatado de los chefs. Se mostró cercano, interesado por los productos y sorprendido por las presentaciones, los sabores y las texturas de muchos de los platos.
Más de tres horas durante las que el actor de Uno de los nuestros, Taxi Driver, Toro Salvaje o El Padrino 2 se mostró entusiasmado con las propuestas culinarias que prepararon los cinco cocineros. Los platos salían vacíos del comedor. A la cita solo faltó José Andrés, aunque no sus platos. El cocinero asturiano afincado en EE.UU., capaz de dejarlo todo por acudir en ayuda humanitaria donde sea requerido, está desde el lunes con su ONG, World Central Kitchen, en la frontera de Polonia y Ucrania, sirviendo comida a los refugiados. Pero para la comida de De Niro estaban sus platos, los que iba a preparar en Madrid, de los que se encargó su mano derecha, Carles Tejedor.
El menú final de la comida impagable había sido consensuado hace tres semanas por los cinco chefs en una videoconferencia conjunta y, para esta ocasión tan especial, eligieron platos icónicos de sus cartas con guiños a productos de temporada representativos de sus cocinas. Era el colofón a la campaña que el año pasado ideó la agencia Leo Burnett y plasmó en un vídeo la productora Attic Films en la que se pedía a De Niro su participación a cambio de este menú irrepetible.
Los 16 pases de la comida quedan en la minuta de un menú irrepetible. La experiencia comenzaba con una serie de aperitivos a base de producto, con jamón ibérico de bellota 5J 2018 y queso Olavidía de Quesería Quesos y Besos -mejor queso del mundo en el World Cheese Awards 2021-, que acompañaron con panes de Panem, mejor panadería de Madrid en 2019, y maridaron con un vino a la altura: Dom Pérignon Plenitud 2, 2003 de pinot noir, chardonnay y pinot meunier de la AOC Champagne.
Aparecían después los chefs con los entrantes. En concreto lo hacía Quique Dacosta con sus salazones en atmósfera salina y la rodaja de tomate seco, acompañados por un González Byass Viña AB Estrella de los Mares Palomino Fino de la DO Jerez-Xerez-Sherry, la cava de ida y vuelta que ha recorrido los mares y océanos del planeta a bordo del Buque Escuela de la Armada Española Juan Sebastián de Elcano.
En los platos principales llegaban los otros tres cocineros con algunos de sus platos más representativos: la contesa de espárragos blancos y trufa de Joan Roca, la remolacha con salsa de caviar Osciètre de Mauro Colagreco y el milhojas caramelizado de anguila ahumada, foie gras, cebolleta y manzana verde de Martín Berasategui. Esta primera entrega de los platos del menú irrepetible exigía un cambio de copas para catar uno de los vinos más singulares españoles, una cosecha mítica: López de Heredia Viña Tondonia, Blanco Gran Reserva 1964, Viura y malvasía, de la D.O.Ca Rioja.
La sinfonía en el maridaje proseguía con otro de vino emblemático, Vega-Sicilia Único 1989 de tinto fino y cabernet sauvignon, una de las mejores cosechas de la D.O Ribera del Duero. Con él maridaron las propuestas de José Andrés (Fresas con nata y erizo), Quique Dacosta (Gamba roja de Dénia hervida en agua de mar), Joan Roca (Toda la gamba. Gamba marinada en vinagre de arroz, jugo de la cabeza, patas crujientes y velouté de algas) y de nuevo José Andrés (angulas ahumadas con guisantes lágrima y chicharrón de soja).
Los tacos de merluza con kokotxas, emulsión de café y escamas de pimentón de Martín Berasategui y el arroz variedad Sénia entre cenizas de trufa negra del maestrazgo de Quique Dacosta cerraban la parte salada de la impresionante jornada gastronómica en la suite real del Ritz.
Dos postres finales para cerrar la cita: Naranjo en flor del argentino Mauro Colagreco y el Postre Láctico, dulce de leche, helado de leche de oveja, espuma de cuajada de oveja, yogur de oveja y nube de Joan Roca. El brindis final a esta colosal comida lo puso un Noé Pedro Ximénez VORS de González Byass.
“Esto no es una comida, es algo increíble que recomendaría a cualquiera que tuviera a la posibilidad de vivirlo”. Así resumió Robert De Niro esta aventura gastronómica que no olvidará. Ni él ni los cocineros que participaron. Desde ahora, Bob es uno de los nuestros.