Consecuencias de la ansiedad y el estrés, por Quirónsalud
El 30 por ciento de hombres entre 40 y 70 años sufre algún tipo de impotencia sexual masculina. Los expertos advierten de que el estrés y la ansiedad de los últimos meses ha provocado aumento de consultas relacionadas con problemas de impotencia.
Se denomina disfunción eréctil o impotencia sexual a la imposibilidad de conseguir o mantener una erección debido, principalmente, a una incorrecta actividad de los vasos y nervios responsables de la erección. Las causas que originan esta disfunción pueden ser de origen físico o psicológico. Los expertos del hospital Quirónsalud Campo de Gibraltar han detectado en su consulta un incremento del índice de casos cuyo origen es emocional. Los especialistas subrayan que la disfunción eréctil es reversible cuando se logra el control y atenuación de las circunstancias psicógenas que la han ocasionado.
“Ante todo, hay que aclarar que la disfunción eréctil no es una enfermedad. Se trata de un problema más frecuente de lo que se cree, se estima que el treinta por ciento de hombres entre 40 y 70 años sufre algún tipo de impotencia sexual masculina, pero percibimos que sigue siendo un tabú social. Es importante que el afectado consulte al especialista cuando lo detecte puesto que puede llegar a influir en las relaciones con la pareja, la familia o incluso en su entorno social o laboral”, explica el Jefe de Servicio de Urología, el doctor José Manuel Fernández Montero.
Asimismo, el especialista del hospital gaditano subraya que hay cierta confusión y que en muchas ocasiones se tiende a interpretar erróneamente la disfunción eréctil. “Percibimos cierta desinformación con otros problemas sexuales. Es importante recalcar que la falta de deseo, las alteraciones de la eyaculación (eyaculación prematura, eyaculación retrasada y ausencia de eyaculación) o los trastornos del orgasmo no son problemas relacionados con la importancia sexual o disfunción eréctil.
Una vez diagnosticada y descartado el origen físico, la ansiedad y el estrés son las principales causas de disfunción eréctil. “La casuística más común de los casos que detectamos en consulta están directamente relacionados con episodios de ansiedad y estrés. – explica el doctor Fernández Montero quien asegura haber percibido un incremento en este último año – principalmente la ansiedad provocada por el temor de defraudar a la pareja ha sido el origen predominante de los episodios de disfunción eréctil, seguida de la depresión y estrés. Sin embargo, en esos últimos meses percibimos un aumento de diagnósticos relacionados con la ansiedad provocada por el contexto que vivimos (estrés derivado de una situación laboral complicada o estrés originado por la alerta permanente emocional de quienes tienen miedo a contagiarse de Covid-19)”.
En el plano físico, las causas vasculares son la principal causa de impotencia sexual. “La hipertensión arterial, la diabetes, algunas enfermedades cardiacas o el incremento de los niveles de colesterol en sangre pueden ser causantes de trastornos vasculares que dificulten la erección. Es decir, que impiden que el pene acumule la sangre necesaria para que se dé una erección”, destaca el urólogo.
En la actualidad existen varios tests de diagnóstico de disfunción eréctil. En la valoración médica general se tiene en cuenta la ingesta de fármacos, alcohol, tabaquismo, diabetes, hipertensión y ateroesclerosis, una exploración de los genitales externos para descartar presencia de bandas fibrosas y una valoración de los signos de enfermedades vasculares, hormonales o neurológicas.
Existen varios tratamientos farmacológicos para la disfunción eréctil que el especialista determinará cuál es el idóneo según cada perfil de paciente. Pero, como medida de prevención, la principal recomendación de los expertos es adoptar unos hábitos de vida saludables (evitar fumar, el consumo de alcohol y grasas saturadas, realizar ejercicio físico…).